Miguel González Madrid
Que cada cual vote por el candidato que quiera,
sin presiones, sin susurro al oído, sin imposiciones de ningún tipo, sin enojo,
sin odio, tal cual lo determina la ley.
Que gane aquel candidato que obtenga la
mayoría de votos, así sea por la diferencia de un voto, aunque a los otros no les guste.
Los perdedores tendrán que aceptar los resultados que se ajusten a la ley. El
ganador tendrá que hacer lo posible por unificar al país y hacerlo gobernable,
con empleos suficientes y bien remunerados, con auténtica justicia social, con
inclusión de todo tipo y con la más amplia tolerancia en una sociedad bastante
fragmentada y diferenciada social y políticamente.
Que cada cual haga
las campañas que quiera, en la forma que permita la ley, con las innovaciones
que se ajusten a los principios democrático-liberales, convenciendo y sin
violencia.
¿Quién ganará? Eso lo
determinaremos entre todos los votantes el 1 de julio de 2012 en una
correlación de mayoría-minorías votantes. Así lo prevé la Constitución y la ley
electoral. Esa es la expectativa democrática periódicamente.
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