Miguel González Madrid
En una sociedad organizada en un entramado de intereses políticos y económicos plurales, diversos, y hasta encontrados, de grupos, partidos, empresas, círculos, asociaciones, asambleas, etcétera, esperar que los programas de noticias, opiniones, debates y cosas parecidas, digan "la verdad", es un bello deseo. Pero, de cualquier manera, cabe preguntar: ¿"La verdad" de quién o de quiénes y para quiénes?
Una espera como esta revela que, tratándose de los medios de comunicación masiva, sólo puede haber dos alternativas para contrarrestar los posibles sesgos informativos y de construcción de la opinión pública: 1) la diversificación de televisoras de cobertura nacional y local; y 2) el control del gobierno nacional sobre los mass media, a sabiendas de que esto denota una tendencia autoritaria. Con respecto a la primera alternativa, es posible que en una sociedad democrática coexistan tantas empresas televisoras como inversionistas haya. ¿Y, por eso, las televisoras también estarán "democratizadas" o dirán "la verdad"? Con respecto a la segunda alternativa, para nada es recomendable que el gobierno nacional ejerza control de los mass media, si eso puede significar autoritarismo y saturación de los tiempos aire en cadena nacional de "información", discursos o otras ocurrencias de los gobernantes en turno.
Mientras, medio mundo en México parece emular a la televisoras 13 y 2 para estar en las pantallas de millones de hogares divulgando lo que consideran su propia "verdad". Medio mundo quiere crear su propio 13 y 2 para estar literalmente metidos en la mente de los tele-espectadores a fin de convencerlos de "su verdad".
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