Madre de todas las madres
Olvidaste los años y los días
Cuando ellos se desprendían.
Hoy no se oyen esas palabras
Que caían susurrantes
Entre sueños y pesadillas.
Se fueron heridas las horas
Con tu propia sangre
Regada por inauditos golpes.
Pero estás ahí, sin vencerte,
Aunque las rasantes balas
Derriben unos cuerpos.
Sigues erguida, desafiante,
Con lágrimas infinitas
Que humedecen los vientres,
Madre de todas las madres,
Fértil, audaz, inteligente,
Vida de la vida por siempre.
Autor: Miguel González Madrid
(Mayo de 2011).
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