Miguel
González Madrid
Al parecer, ingresamos a una nueva era que
promete encontrarnos por la vía del entendimiento y de una vida sosegada, precisamente
cuando hemos presenciado la cresta de grandes y graves padecimientos sociales,
económicos y culturales: olas de conflictos armados, múltiples historias de hambre y pobreza que azotan
a millones de personas, burbujas de crisis económicas y financieras que azuzan a los especuladores, infiernos de criminalidad, millones de casos de corrupción y abuso de poder desde los gobiernos, y explotación cotidiana de los que menos
tienen.
Esa plegaria que elevamos todos los días a
nuestro Creador, pidiendo que la paz y la justicia retornen a donde las había o se establezcan como condición habitual, que el pan de cada día siga
alimentando nuestros cuerpos y que la oración fortalezca nuestro espíritu, se
escucha cada vez más con ahínco e intensidad, pues las voces se multiplican en comunión y las necesidades espirituales afloran a cada instante.
Pero, ¿por qué no comenzamos con cada uno de
nosotros dándonos paz interior y castigando nuestros propios impulsos que nos
arrojan al lado contrario del sendero que hemos escogido? ¿Por qué no iniciamos
con una oración que anticipe que el día de mañana ya no seremos corruptos,
injustos, abusivos, idólatras, mentirosos, explotadores, autoritarios,
represores, etcétera?
Mientras, hagamos de los festejos de fin de año
una oportunidad para comunicarnos que nos hace falta pedir perdón una y otra
vez a quienes hemos hecho daño y confiaron en nosotros o creyeron que podíamos
ser una de las llaves para encontrar el remedio a sus males individuales o colectivos.
Merry Christmas!
As Salaam Alaykum (السلام عليكم)
As Salaam Alaykum (السلام عليكم)
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