Miguel González Madrid
ES UNA VERGÜENZA QUE EN EL ESTADO DE TLAXCALA ESTÉ DESATADA LA
INGOBERNABILIDAD y los gobernantes (incluidos 17 de 32 diputados locales)
actúen con mediocridad y mezquindad. Vean porqué:
1) Se aprueba una reforma regresiva a la Ley de Pensiones Civiles del Estado de Tlaxcala fuera de las
instalaciones del Congreso del Estado pero, en contraste, en las de un Hotel de
cinco estrellas, a escasos minutos pasada la medianoche del 30 de diciembre de
2012, sólo con el voto de esos 17 diputados, siempre escoltados por más de
trecientos granaderos y policías estatales fuertemente armados. En sus tiempos,
Pinochet y el poder legislativo sumiso chileno –y otros gobiernos autoritarios
o dictatoriales– no lo hubieran hecho mejor. Todo ello a pesar de las reiteradas protestas callejeras y la ocupación de
instalaciones legislativas por cientos de trabajadores (de las administraciones públicas del Estado y sus municipios) del sindicato 7 de mayo y docentes afiliados a la sección 55 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (el mismo
que dirige vitaliciamente Elba Esther Gordillo).
2) La Secretaría de Obras, Desarrollo Urbano y
Vivienda (Secoduvi)
y El O.P.D. Salud de Tlaxcala se han convertido en un nido de
corruptos, pues ahí –respectivamente– se presupuesta con fondos federales al
triple el costo de las obras públicas que se ejecutan en la entidad federativa
y sus municipios y se adjudican tramposamente adquisiciones millonarias de
medicamentos e instrumental médico, pero el Órgano de Fiscalización Superior
pasa por alto esas marranadas
(término vulgar para designar el grado más bajo de corrupción y opacidad en los
gobiernos);
3) Como no se aprobó el proyecto de presupuesto 2013, al último minuto
del 31 de diciembre de 2012, porque los 32 diputados locales están polarizados,
divididos de facto en dos bloques, se aplicará el esquema presupuestal de 2012,
y eso tendrá consecuencias para la población, además de que la Suprema Corte de
Justicia de la Nación podría conocer del caso, por la vía de la Controversia
Constitucional, en un acto encorajinado del gobernador en turno; y
4) Los conflictos en más de 10 municipios (de un total de 60) son
el pan de cada día, con la consecuente toma de palacios municipales, marchas y protestas
en contra de presidentes municipales corruptos, sea porque la población exige
que se respeten sus derechos a la transparencia gubernamental o que se dé fin
al abuso de poder o se desatienden sus quejas cotidianas por los malos
gobiernos, pero la respuesta inmediata, sistemática y generalizada ha sido la
intervención desmedida de la fuerza pública y –en algunos casos– la operación
discreta de francotiradores.
De plano, al gobernador le vale un cacahuate el Estado de Tlaxcala
y sus municipios, aunque siempre soñó con gobernarlo a como diera lugar y que
se le aplaudiera por regalar –por lo menos– cobijas o cobertores a la población
vulnerable a las bajas temperaturas que suelen registrarse en invierno en este
Estado, incluso admitiendo una alianza de última hora en 2010 con Beatriz
Paredes Rangel –su antigua patrona– para poder ganar la elección de gobernador
y sustituir a su acérrimo enemigo –su amigo en los tiempos de 1980 cuando gobernaba
esa dirigente priísta– Héctor Ortiz Ortiz, quien por cierto ya se prepara para
recuperar en 2016 el poder local.
Por lo demás, se dice que Enrique Peña Nieto –el presidente de México
para el periodo 2012-2018– incluso detesta y vomita al gobernador tlaxcalteca, precisamente
por esa compleja situación local y porque éste fue incapaz de garantizar
localmente la mayoría de votos el pasado primer domingo de julio de 2012 al
entonces candidato presidencial de la coalición PRI-PVEM. No sobra decir que Tlaxcala depende -de entre las 32 entidades federativas de la República mexicana- en alrededor de 97 por ciento de fondos federales (principalmente presupuestados en los Ramos 28 y 33 del Presupuesto de Egresos de la Federación), por lo cual sólo genera 3 por ciento del total de sus ingresos financieros y ocupa el primer lugar de dependencia con respecto a esos fondos.
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